martes, 3 de julio de 2012


ESPASMOS DE SOLLOSO

Muchos hemos escuchado historias de niños pequeños testarudos que aguantan la respiración deliberadamente hasta que la piel de su cara se vuelve azulada. Estas historias pueden parecer anécdotas divertidas de la fase de rebeldía de los dos años, pero para los padres de estos niños, no resulta tan divertido.

Los espasmos de sollozo pueden ser aterradores para los padres. En los espasmos de sollozo, los niños contienen la respiración hasta desmayarse. Este fenómeno, que puede ocurrir en niños sanos entre los 6 meses y los 6 años, es más frecuente hacia los 2 años.

Aunque puede ser inquietante para los que los presencien, los espasmos de sollozo no son perjudiciales y no representan ningún riesgo serio para la salud. Un espasmo suele durar apenas unos segundos hasta que el niño recupera la conciencia y su respiración normal.

En la mayoría de los casos, los espasmos de sollozo pueden preverse e incluso evitarse una vez se identifican las causas que los provocan, y a la edad de 5 años normalmente los niños ya los han superado.

Tipos de espasmos de sollozo


Los espasmos de sollozo difieren en las causas y en sus características:

Los espasmos de sollozo cianóticos se producen cuando un niño deja de respirar y su cara se vuelve de color azul. Estos espasmos suelen estar provocados por algo que produce disgusto en el niño, como que se le reprenda por algo. Los padres que ya han sido testigos de espasmos de sollozo cianóticos saben exactamente cuándo está a punto de producirse uno nuevo, porque la cara del niño empieza a tomar lentamente un tono azul, que puede ir de azul pálido a casi morado.

Los espasmos de sollozo pálidos son menos comunes y más imprevisibles, porque ocurren cuando un niño sufre un susto o un sobresalto repentino (como que alguien le sorprenda viniendo por detrás). A diferencia de los espasmos de sollozo cianóticos, estos niños se quedan pálidos, casi blancos, durante los espasmos.

Los dos tipos de espasmos provocan que los niños dejen de respirar y pierdan la conciencia durante hasta un minuto. En los casos muy extremos, los niños pueden sufrir convulsiones. Tener una convulsión no significa una lesión a largo plazo ni que el niño tenga el riesgo de desarrollar un trastorno de convulsiones